|
Obispo de Borges, Francia, que antes lo había sido de Tours en el año 584. Convocó un concilio provincial en Auvernia y tomó parte en el Concilio de Maçon el año 585. Murió con fama de santidad y su devoción se mantuvo firme durante toda la Edad Media.
En París se le edificó una Iglesia parroquial y una Compañía sacerdotal bajo su advocación fue fundada por el discípulo de S. Vicente de Paúl y párroco de San Sulpicio Jean Jacques Olier (1608-1657). Esta sociedad sacerdotal dirigió el llamado Seminario de San Sulpicio, que representó la espiritualidad francesa en el siglo XVII y ejerció una labor formativa en parte del clero francés en este siglo.
Por eso la espiritualidad sulpiciana, centrada en la austeridad de vida, en la firme confianza en la Providencia, en la oración mental, en la entrega al apostolado fervoroso, originó grandes figuras de la Iglesia. Los seminaristas debían acudir a las catequesis dominicales en las parroquias de París. Esa práctica generó en el clero una inquietud grande por la catequesis y por la promoción de escuelas parroquiales y otras iniciativas educativas. El grupo sulpiciano, convertido en Compañía sacerdotal de vida común, se prolongó hasta finales del siglo XX y se extendió por diversos países de América, Asia y Africa.
|
|
|
|
|